sábado, 8 de junio de 2013

UN FUGAZ SEGUNDO



Me gusta ese segundo efímero y fugaz en el momento de interrumpir el sueño por la mañana, sea gracias al estridente despertador, sea por el insistente y monótono run run de las tórtolas zuritas, en el exterior, o simplemente debido a una voz o un rumor de los vecinos. Ese instante en el que paso del mundo onírico al real y en ese instante en el que, asombrosamente no existe nada, sólo una transición, un no ser y un ser, un volar y un caer, un soñar y un tomar conciencia de la existencia. Sin preocupaciones, sin problemas, sin pensamientos de ningún tipo. Sólo percatarse de que estoy viva y de que un nuevo día ha dado comienzo.
Ese momento, ese fugaz segundo, de incalculable valor, lo disfruto día a día, décima a décima, momento a momento.
Y tras esa sesión de éxtasis descubro, de nuevo, que la vida sigue, con sus alegrías y sus penas, con sus problemas y sus satisfacciones...Y entonces también me alegro de estar viva y de poder disfrutar de una nueva jornada.