El cielo se cerró. Con un manto cenizo despidióse la claridad, radiante hasta ese instante, dando paso a las tenebrosas tinieblas y sembrando progresivamente toda la superfície con el líquido elemento.
En cuestión de minutos, el lugar cambió de dimensión. Todo ser viviente se ocultó al ensordecedor y amenazador estruendo del trueno y piedras, montañas y árboles se recubrieron de húmeda melancolía....
En cuestión de minutos, el lugar cambió de dimensión. Todo ser viviente se ocultó al ensordecedor y amenazador estruendo del trueno y piedras, montañas y árboles se recubrieron de húmeda melancolía....
No hay comentarios:
Publicar un comentario