Cuando te encuentres solo, sin nadie a quien
explicar tus desdichas, sin alma alguna que comprenda tus inquietudes.
Cuando estés desesperado y sientas ganas de gritar, llorar y decirle al mundo
que tu corazón estalla.
Cuando sientas que la vida y el mundo entero se confabulan en temible plan
contra ti, y que los días ya no son días y las noches son macabras pesadillas.
Cuando necesites compartir tu dolor, tus desengaños, tus frustraciones.
Cuando los silencios sean estruendos y el dolor se te haga insoportable.
Cuando la llama del amor atraviese todo tu cuerpo y te libere buscar un
cómplice de tus sentimientos.
Cuando te creas que los males son menos males en compañía, y las alegrías
merecen la pena gritarlas al universo...
En todos esos momentos...
Acuérdate de mí.
Estoy aquí.
Para ti.
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